En los obradores de J-MOMO realizamos pasta fresca hecha a mano y pasta fresca congelada, utilizando exclusivamente esta técnica, que se inspira en la tradición, para garantizar un producto de primera calidad y de características únicas, con una atención especial hacia la pasta para catering y para la restauración profesional.
Para nosotros es importante que esta delicada operación se realice estrictamente con el bronce, un material noble y que preferimos al teflón, utilizado en cambio en las fábricas de pasta industriales.
Las trefilas de bronce destacan en efecto por su especial estructura y las características que otorgan al producto acabado. La pasta que se obtiene de las trefilas en bronce no es lisa y brillante como las pastas comunes sino que asume una consistencia rugosa y porosa.
La pasta trefilada al bronce no sólo da a la pasta la forma deseada sino que le otorga, además, una rugosidad especial. Esta característica hace que nuestra pasta fresca hecha a mano retenga más los condimentos y, por consiguiente, nos permite condimentarla mejor. Precisamente el trefilado al bronce que utilizamos en nuestros obradores, lento y a baja temperatura, es el que permite que se consiga una hoja tradicional como la artesanal, porosa al punto justo y que huela de harina y huevo, bonita a la vista y con un característico color amarillo intenso.
El secreto de nuestros artesanos de la pasta es también el cuidado con el que realizan nuestra pasta fresca hecha a mano. Un procedimiento prolongado y que se inspira en las técnicas tradicionales.
La pasta, trabajada durante mucho tiempo, se amasa, se prensa y por último se trefila al bronce. Se trata de métodos de antaño que garantizan un producto auténtico y con un sabor único, que regala una experiencia sensorial inolvidable.